miércoles, 14 de febrero de 2018

CUARESMA:TIEMPO LITÚRGICO, TIEMPO DE GRACIA



GENERALIDADES DE LA CUARESMA
Viene del latín quadragesima ´cuadragésima´, que expresa en números ordinales el cuarenta.

Cuaresma, para nosotros los católicos es el tiempo litúrgico que marca la Iglesia para prepararnos para la gran fiesta de la Pascua; es tiempo para cambiar algo de nosotros, y que esté cambio nos permita estar más cerca de Cristo.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Pero, más allá de lo que es actualmente la Cuaresma, conviene analizar el porqué de esta preparación y su razón biblíca.

En Génesis 7, 17, nos encontramos con que el Diluvio con el que se depuró la tierra de toda la maldad que había corrompido a la humanidad.

Cuarenta días y cuarenta noches estuvo Moisés en el Monte Sinaí “sin comer pan ni beber agua”, cuando Yahvé le dio las palabras que plasmaría en las tablas (Ex 34, 28)

En Josué 5, 6 podemos leer cómo la marcha del Pueblo de Israel por el desierto, después de haber sido liberado de Egipto en busca de la Tierra Prometida, duró 40 años.

Elías, como lo narra el capítulo 19 del libro primero de Reyes, caminó cuarenta días y cuarenta noches para llegar al monte Horeb para encontrarse ahí con Dios, con la fuerza de la última comida que hizo

Pero sobre todo debemos poner atención al relato de Mateo capítulo 4, versículos del 1 al 14, donde Jesús, antes de comenzar su vida pública ´fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo´, haciendo un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches.

La Cuaresma, pues, como lo hemos dicho en un inicio, tiene una duración de cuarenta días, aunque si nos ponemos a contabilizar los días, son más de cuarenta; la razón de esto es que no se cuentan los domingos, pues llevan un ciclo distinto de lecturas; entonces desde el miércoles de ceniza hasta el jueves santo, que termina la cuaresma, para ser exacto a la hora nona (tres de la tarde) son cuarenta días, dando inicio a la celebración del Triduo pascual (jueves santo, viernes santo, sábado de gloria).

PREDICACIÓN

Ahora bien, una vez que hemos hablado sobre las generalidades de la Cuaresma, saber qué es, cuánto dura y su razón bíblica, pasemos al punto más importante, cómo vivirla:

El Papa Francisco, como cada año, da a conocer un mensaje, con motivo de la Cuaresma para que, como él mismo lo dice, sirva de ayuda a toda la Iglesia para vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia.


Este año el mensaje lleva por nombre “al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, frase que es parte de la respuesta de Jesús en el discurso escatológico narrado en Mateo 24, 12.

Dentro del mensaje del Papa Francisco, nos enfatiza mucho una parte del discurso escatológico que ya les mencionaba: “surgirán muchos falsos profetas”. ¿Quiénes son los falsos profetas?, dice el Pontífice; son aquellos que se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren.

¿Cuántos de nosotros nos dejamos llevar por la atracción de un placer momentáneo que confundimos con felicidad?

En clase de Revelación y Fe, el Padre nos hablaba de una nueva sociedad, una sociedad secular, es decir aquella que no es cristiana y no quiere ser cristiana; una sociedad que no le interesa saber nada de “la vida eterna” por ejemplo; busca vías alternas, cosas que le provoquen felicidad ahora. Ya no es importante el pensar si quiera, solamente es importante el sentir. El ser feliz ahora. Dinero, drogas, pornografía, alcohol, relaciones sexuales fuera del matrimonio, relaciones “casuales”, dinero fácil, relaciones virtuales al nivel de una vida completamente alterna a la nuestra, etcétera.

Sin embargo, a la par se está dando el hambre de Dios y cuando uno tiene hambre, se suele comer lo que sea. De esto también nos habla el Papa Francisco al hablarnos de los falsos profetas como “charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles”. Dando paso al eclecticismo; es decir, haciendo de mi cristianismo lo que me conviene, mezclando el catolicismo con yoga, yendo a misa ”cuando me nace”, yendo a que me lean la mano, confiando en los horóscopos, haciéndome una limpia, etcétera.

Estas estafas no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. El demonio, nos presenta el mal como bien, para confundir nuestro corazón, por ello es necesario que cada uno de nosotros analicemos nuestro corazón si estamos amenazados por las mentiras de estos falsos profetas.

Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel superficial, a no ser tibios como lo dice el capítulo 3 del libro de Apocalipsis, y sobre todo a discernir que es lo que viene de Dios; separando lo bueno y lo duradero, de lo “secular”, de los falsos profetas.

¿Qué es lo que podemos hacer?, dice el Papa Francisco, la Iglesia nos ofrece este tiempo de cuaresma tres ejercicios de conversión: oración, ayuno y limosna.

Al respecto el Papa Benedicto nos decía que “El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos”.

El ayuno, o mejor dicho mortificación, ayuda a que -además de que nos hace experimentar lo que sienten aquellos que pasan hambre-, a comunicarnos con nuestro Padre, pues sólo si dejamos de darle al cuerpo todo lo que pide, empieza a inflamarse nuestra voluntad de obedecer a Dios; finalmente, la limosna nos enseña a no dar lo que nos sobra, sino a compartir desde nuestra pobreza, destruyendo así cualquier egoísmo o falsa humildad.

INVITACIÓN FINAL


Hoy, al recibir las cenizas el Sacerdote o ministro puede emplear dos fórmulas: ”Recuerda que del polvo vienes y en polvo te convertirás” o bien, “Conviértete y cree en el Evangelio”

¿Pero cómo podemos llevar a cabo esta última exhortación?

La ceniza no es un polvo mágico que nos quita nuestros pecados, sino que es un signo de arrepentimiento, de penitencia y de conversión.

Comencemos pues, haciendo ese análisis de nuestro corazón como nos lo propone el Papa Francisco,

Arrepentimiento:
¿Reconozco que me he dejado influenciar y guiar por los Falsos Profetas? ¿Quiero dejar de seguirlos?

Reconciliación penitencia
¿Buscaré la Confesión para recibir el perdón y la gracia de Dios?

Ayuno y oración ¿Me esforzaré en aprender a alimentarme de Dios y pasar más tiempo con Él?

Comunión
¿Buscaré alimentarme de Jesús: el único Pan de Vida?

CONVERSIÓN
¿Quiero hacer de mi vida un seguir convencido a Jesús?

Finalmente, terminó citando a San Pablo (Flp 3, 10-11) “Busco así conocer a Jesús, sentir el poder de su resurrección y participar de sus padecimientos, haciéndome semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos”

Tengamos en esta Cuaresma la misma intención que San Pablo para que a su término podamos –con el festejo del Triduo Pascual- morir con él para poder participar de su resurrección.

martes, 13 de febrero de 2018

NUEVOS EN CRISTO

En la actualidad, el adjetivo "nuevo" y la idea de novedad suelen estar muy condicionados, ya que las personas nos hemos acostumbrado a asociarlos a las cosas que se venden en las tiendas y que incluyen una etiqueta que indica su precio, su origen y el nombre del diseñador, el cual, mientras más prestigio tenga, mejor.

Sin embargo, cuando este adjetivo y esta idea queremos asociarlas con el ser humano, se nos hace simplemente imposible y, a lo mucho, llegamos a utilizarlos de manera poética o metafórica, sin que por eso estemos diciendo una verdad. 

Más aún, desde la ciencia existe la convicción de que los seres humanos desde nuestro nacimiento, al mismo tiempo que salimos del vientre materno y comenzamos nuestro desarrollo y crecimiento, simultáneamente y aunque nuestras células se regeneren constantemente, eso no impide que los días, los meses y los años se vayan sumando en nuestra existencia.

Desde esta perspectiva es totalmente lógica la pregunta que el magistrado Nicodemo le lanza a Jesús en aquella noche: ¿Cómo puede un hombre ser nuevo siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en su madre y volver a salir?

La respuesta que Cristo le da a aquel hombre  - que debía saberla, pero no fue así- una perspectiva hasta entonces para él desconocida. Jesús le explicó que la novedad de la que Él hablaba sólo era posible por la acción de un agente que supera los límites físicos de este mundo; pues mientras lo único que en la actualidad puede hacerse se reduce a retardar el envejecimiento o a reciclar un material para volver a utilizarlo, el Espíritu, al ser SIEMPRE NUEVO, es capaz también de hacer NUEVO todo lo que interactúe con Él.

Por eso, cada uno de nosotros, al igual que Nicodemo, recibimos de Dios esta misma opción y posibilidad, que sólo puede verificarse desde la disponibilidad de nuestra libertad, desde la decisión personal de un corazón que se abre a la acción ilimitada de alguien que lo ama más allá del tiempo y del espacio y que no reduce su acción creadora a una simple realización mecánica de objetos y personas, sino que su acción creadora es siempre constante y factible y es capaz de hacer nacer de nuevo a todo aquel que entre en este flujo divino de la constante novedad.

NUEVO proviene de las palabras en latín NON OEVUS, es decir, lo que no envejece o - para ser más exactos, lo que no está sujeto al tiempo ni a su acción. Por tanto, ser NUEVOS EN CRISTO no significa que el tiempo no ejerce su influencia física en nosotros, sino que por la fe, superamos estas condicionantes y la misma VIDA DE DIOS sucede en nosotros, actúa en nosotros y nuestro tiempo se ve rebasado por los efectos de la eternidad y podemos comenzar a vivir sin estar determinados por el peso del pasado o los límites de los impulsos humanos.

SER NUEVOS EN CRISTO es, pues, más que una frase romántica: es aceptar la realidad de que Dios quiere y puede realizar en nosotros los efectos de su amor y de su misericordia. Por lo tanto, dispón tu corazón a esta intención de Dios. En este sentido, la oración que el Papa Francisco nos propone en su Exhortación Apostólica puede ser un buen comienzo:Éste es el momento para decirle a Jesucristo:<<Señor, me he dejado engañar de mil maneras, de mil maneras escapé de tu amor; pero estoy aquí otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores .>>

Sólo ten presente una cosa: todo esto se activa por medio de la Fe en Jesucristo. Ojalá que este día sea TU DÍA para tomar la decisión de comenzar a ser NUEVO EN CRISTO.

CUARESMA:TIEMPO LITÚRGICO, TIEMPO DE GRACIA

GENERALIDADES DE LA CUARESMA Viene del latín quadragesima ´cuadragésima´, que expresa en números ordinales el cuarenta. Cuaresma, pa...